A
pesar de tan manida alocución que cualquier Presidente esgrime para alentar y
animar sus bases, argumentando valores patrios, sentimientos profundos, diferenciación
intrínseca con el resto (siempre en los postres de algún evento que aglutina
sus miembros entre manjares culinarios y excelentes caldos etílicos desinhibidores
de mente y lengua), no es menos cierto que nuestro egregio dosquince Dream Team (1) lejos de ser un mero acúmulo de sacos de
grasa trotantes con patas (que también) se tiene como crisol de librepensadores
con vasto (y Basto (2)) conocimiento de disciplinas tan dispares como
Ingeniería Aeroespacial, Humanidades deportivas, Floricultura exótica, Escatología
avanzada, Historia atlética, Geología del trazado, Literatura Etrusca, Física Cuántica,
Filosofía Manchega y tantas otras que rieros,
rieros de la Wikipedia.
Es
de público y notorio conocimiento que el primer jueves de cada mes (a ver qué
Club de Atletismo hace lo mismo), nuestro ilustre dosquince, convoca un evento nocturno
más cercano a las charlas en un Ateneo que en un Bar por la abisal
profundidad de sus conversaciones científicas y filosóficas a la par de gastronómicas
y atléticas.
Sin
ir más lejos, el pasado jueves 2 de marzo, celebrose quedada dosquinceña en la
que un grupo de aguerridos dosquinceños, además de preparar virtualmente
(3) la carrera de FUENTEALBILLA, estuvieron inmersos en una interesante disquisición
epistemológica tratando de definir los conceptos
Aristotélicos de esencia y sustancia tras recordar una foto de la
Media Maratón de Albacete de 2005, con 5 fundadores originarios del dosquince
(4).
Llegados
a este punto Gossi ya habrá debido ejecutar, con gran maestría y resolución, un
gesto similar al de una sonora pedorreta; es lo malo/bueno de conocernos tantos años pero
siempre desde el cariño que además es mutuo.
El
debate se inició tras mi duda ante la afirmación que en esa foto, un grupo muy concreto
de personas (algunas humanas en sí mismas), se encontraba la esencia del dosquince y no en algo menos tangible, más etéreo y
difuminado de un colectivo cuyos miembros tienen una particular manera de
sentir la amistad, el compañerismo y el deporte como parte de su propia
filosofía de vida, siendo cada uno de sus propios ancestros y que, a pesar de
ello, nos tenemos gran aprecio y respeto incluso pudiendo haber tenido algún leve, ya entrañable
e inofensivo, síndrome de Procusto (5) de libro.
Todo
terminó de forma incruenta, como no podía ser de otra manera, pero sin faltar a
los eternos preceptos del bebedor, cumpliéndolos con exquisita moderación:
1-
Facilidad de palabra.
2-
Exaltación de la amistad.3- Cantos regionales.
4- Superpoderes.
5- Tuteo a la autoridad.
6- Insultos al clero.
7- Vuelta a casica a dormir sin alharacas.
Y volviendo al tema del
epígrafe inicial, la IX carrera de FUENTEALBILLA, os diré
casi con lágrimas en los ojos del aire en la cara por el ritmo infernal que
llevaba por debajo de 5.15 min/km… (si vale, ya veo esbozar alguna sonrisilla
de más de uno cuya velocidad estando lesionado, atado a la cama y durmiendo
nunca ha subido de 4 min/km) que es la primera vez en ese pueblo que no se me han
caído los entresijos subiendo los
repechillos, de manera que el crono final ha estado en 0:51:30, más que
aceptable para lo que entreno e ingiero habitualmente, causando sorpresa y
perplejidad (a mí el primero) tanto a propios como extraños, máxime cuando en
otra carrera, Molinicos, un pastor me dijo que para recoger
Setas no hacía falta llevar esa vestimenta tan ajustada y colorida que espantaba a los
Boletus porque como corredor no me iba a ganar la vida…
Alejandro
Loreto fue nuestra punta de lanza. Está haciendo unos
cronos más que aceptables para la media dosquinceña, siendo su camiseta de las
más rápidas del Club, no sé si el tejido resistirá tamaña aceleración tan
inusual en otros cuerpos dosquinceños hechos para el pecado (especialmente
Gula) porque lo que se dice para correr, no mucho.
Ramón
Bello
no
salió mal parado del lance, hizo un decente crono aunque lo tenía a tiro de saliva
expulsada de la boca a gran velocidad (6) (La escatología retórica es
lo que tiene); no pude con sus zapatillas aladas cual Hermes griego.
Al resto de efebos
dosquinceños (Perezagua, Jorge, Dioni y Pedro
Gcia León) no se les dio demasiado mal pues al hacerles un pequeño chequeo
al llegar a meta, asentían al llamarlos por su nombre, movían los
ojos siguiendo el dedo índice y no necesitaron ayuda mecánica para respirar,
especialmente a JOTA que la noche anterior fue tan densa que los toledanos
temen que se empiece a decir “noche Jotense”
en vez de “noche toledana”.
LORETO FLORES, ALEJANDRO
|
0:46:56
|
BELLO SERRANO, RAMON
|
0:51:18
|
GOMEZ RODRIGUEZ, SEBASTIAN MANUEL
|
0:51:30
|
PEREZAGUA NAHARRO, MANUEL
|
0:56:51
|
NICOLAY HERNANDEZ, JORGE CARLOS
|
0:56:55
|
VERDU MERINO, DIONISIO
|
0:56:53
|
GARCIA LEON, PEDRO ANTONIO
|
0:58:45
|
LOPEZ PODIO, JOSE JUAN
|
1:02:00
|
Agradecer también a tod@s los fotógrafos que estoicamente nos siguen carrera tras carrera, haciendo estupendos reportajes.
ADENDA.
(1.-) dosquince Dream Team.
Lo de “Dream” viene justo después de
la copiosa Cena de hermandad, hartos de Vino, Cerveza y Gastronomía Manchega,
principalmente.
(3.-) Virtualmente, ya que desgraciadamente
casi la mitad de los comensales no pueden/deben correr por diversas causas
físicas más o menos importantes pero a otros, sencillamente, no le salen de las
zapatillas.
(5.-) El síndrome de Procusto.
Damostes
más conocido por su apodo, Procusto (el
estirador) es un personaje mitológico,
hijo de Poseidón, dotado de una fuerza descomunal y gran estatura; ofrecía
amablemente posada al viajero pero al que le parecía, obligaba a acostarse en
una cama de hierro, lo amordazaba y ataba. Si sobresalían partes de su cuerpo,
los serraba y si eran más cortos, los descoyuntaba a martillazos hasta
estirarlos a la medida del lecho. Procusto fue finalmente capturado
por Teseo, que lo acostó en su
camastro de hierro y le sometió a la misma tortura que tantas veces él había
aplicado.
El
síndrome de Procusto hace referencia
a la intolerancia a la diferencia. Es
muy común en ambientes profesionales y domésticos por la presencia de
individuos con cierta actitud egocéntrica, generalmente por el miedo a ser
superados por otros que tienen mejores capacidades que ellos. Quienes lo
padecen en grado extremo, todo lo juzgan y pretenden que todos se ajusten a lo que dice o piensa,
acomodándolos en su propio “lecho de Procusto”, actuando sin
piedad contra cualquiera que crean pueden hacerles sombra. Hablan de diversidad
y de tolerancia pero soportan muy mal ideas distintas a las suyas.
(6.-)
Con lo fácil que es decir escupitajo pero carecería de tensión
narrativa.
SEBAS.
Pseudo-Atleta.
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