Ayer noté por primera vez en mis carnes prietas, cierto escalofrío al constatar que mi Crónica de ALMANSA (y cualquier cosa subida a las redes sociales) fue monitorizada por una suerte de Inteligencia Artificial, que detectó contenido violento y gráfico (como podría haber sido cualquier otro negativo socialmente) y fui advertido para solucionar dicha situación dándome varias opciones para reclamar, en caso de no estar de acuerdo con dicha calificación, para ser revisada de nuevo y admitirla (o no) como contenido dentro de las pautas que dicha la red social aconseja.
El
impacto frontal y lo primero que me vino a la cabeza tras leer la advertencia
fue:
1.- ¿Pero qué me estás
contando?
2.- ¿Será el copyright
de alguna foto?
3.- ¿No les habrá gustado
el tema escatológico?
4.- ¡¡Ostras, ya sé…!! He nombrado bate de béisbol con partes del cuerpo y el Pasajero1 “piensa” que al Conductor hay que recriminarle de forma
algo severa el despiste (dicho con otras palabras más incisas -vaya a ser que
vuelvan a advertir- )
De hecho, si alguien recuerda lo que estaba escrito
en la crónica en el párrafo donde “imagino” que nos hacen un escáner mental a
los cuatro ocupantes del coche (en el momento de aparecer el cartel de la
autovía: a la izquierda, Valencia y a la derecha Alicante) verá que lo dicho
por el Pasajero1 lo he cambiado por “…
Precausión amigo conductor, la senda es peligroooosa…”. Exactamente ahí
estaba ese contenido que la IA de FACEBOOK consideró violento al analizarlo
literalmente, sacándolo de contexto y sin tener en cuenta la ironía y el humor
de toda la narración… ¡¡Impresionante y sorprendente a la par de Espeluznante!!
Otra anécdota más para
contar en mi siguiente libro: “Crónicas Atléticas: Entresijos y casquería”.
Por cierto, hablando de libros, si tenéis ocasión, leed “1984” de George Orwell.
Sebastián M. Gómez.
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