Casas
de Lázaro es conocido principalmente por la fabricación
artesanal de tejidos (desde el s. XIV) que muchas familias utilizaban
para uso propio en prendas como mantas, colchas, alfombras, felpudos, baleos
circulares y ropa tradicional manchega que, a partir de los años 70´ resurgió por
el auge de los grupos de Coros y Danzas.
Hasta el siglo XIX fue
una aldea de la localidad de Alcaraz, teniendo actualmente entidad propia
aunando varias aldeas y parajes en su término municipal en los que podemos
encontrar:
- La fuente El Berro y la
fuente El Buitre (de uso terapéutico por aguas termales con antiguos
baños (s. XIX) donde ahora hay balsas).
- El puente El Caño, lugar de recreo junto
al río Montemayor.
- La
Casa
de Las Palomas, lugar en pleno monte atravesado por un pequeño río creando
su propio microclima.
- Los yacimientos arqueológicos de: Peña
Galindo y Torre Vieja de la edad de Bronce (entre 2500 y 900 a.C.) Peña
Mora y los grabados rupestres de Peña Guisaero.
Entrega de “Crónicas Atléticas”
Como ya está siendo un
clásico en esta XXIII edición del circuito, se está entregando un ejemplar de
mi libro “Crónicas Atléticas” a
todos los ayuntamientos donde se celebra una carrera, en manos de su
representante municipal.
En esta ocasión,
nuestro excelso y afable speaker Miguel Yeste, emplaza a la cordial alcaldesa
Mª Eugenia Cuartero Garrido (que
revalida desde 2004 su cargo en Casas de
Lázaro) a la línea de Salida unos minutos antes del inicio para explicarle in situ, el origen y motivación de la
publicación en forma de libro, de las Crónicas de las carreras subidas al blog Sebas dosquince
Mª
Eugenia muy agradecida y amable, recoge “Crónicas Atléticas” para añadirlo a la
biblioteca municipal; nosotros encantados de volver a Casas de Lázaro a disputar una carrera con un trazado muy completo:
cuestuscos con pendientes positivas y
negativas donde no sabemos si encomendarnos a los patrones locales, San José o a la Virgen de los Dolores aunque más de un@ va a recordar más a los
dolores que a los Santos después de correr esta singular, consistente y
adictiva carrera de la Sierra de Alcaraz.
Llegada
a Casas de Lázaro.
En esta carrera, el
dosquince se enorgullece de poner en el terreno a jóvenes canteranos que van a cambiarnos el flequillo de sitio
cuando nos adelanten, a saber: Manuel Verdú, Pelayo Moreno Bello y Jesús Gcía Cantó, algunos
ya han corrido alguna que otra carrera suelta y otros se estrenan en las
carreras populares.
Otro
detalle que se estrena
, son los calcetines corporativos a
cuadros blanqui-naranjas; no, no vamos a hacer mejores cronos con ellos por ser
más aerodinámicos ni vamos a ser más guapos (en el veterano dosquince, ya
sabéis que nuestra belleza subjetiva siempre
la llevamos en el interior) se trata de poder ser identificados en las cuestas positivas cuando (los que
tenemos un crono bastante generoso) somos adelantados por compañer@s que
tampoco quesque utilicen óxido nitroso para acelerar, van mirando
hacia el suelo y así pueden reconocer al dosquinceño por los calcetines ;) ;)
;)
La
Organización ha tenido la deferencia ante los atletas de
empezar la carrera en la cota superior del pueblo e ir descendiendo casi 1
kilómetro. En ese recorrido todo son risas, chistes, que ahora cuesta abajo te
pillo y otras frases y dichos más o menos tópicos en esas condiciones de
felicidad muscular…
Pero las risas se
convierten en concentración, fuerza bruta y susurro de cánticos gregorianos o
el mantra budista Om
mani padme hum (según afinidad espiritual) porque
comienza el ascenso al karakórum por la pendiente de algo más de kilómetro y medio, donde tod@s aquell@s que
fueron adelantados cuesta abajo anteriormente debido a mi masa crítica, van sistemáticamente adelantándome por la misma razón
pero invirtiendo el sentido de la fuerza de la gravedad.
Subiendo la cuesta,
cercano a la cima del premio de montaña,
me sobrepasa el veterano DonQuijote Manolo Poveda que a partir de ese momento lo llevaré delante unos
100m hasta las faldas del mismo pueblo, donde el piñón de subir cuestas no terminaba
de encajarse a la cadena, teniendo finalmente con D. Manuel unos 37 segundos de diferencia.
Algo menos de 2
kilómetros es la distancia de la parte alta del recorrido con un relajante y
provechoso llaneo necesario tras la demencial subida cansalmas
donde la parte pensante de tu cerebro y también te suena haber visto en algún
documental científico de Discovery
Channel, empieza a repetirte ¡¡Memento Mori, Memento Mori!!...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMM-afLu9ewdhrgJ6WPY2gjhZ48xh4p7QFSDYw4kGU82s0E-1OLvJcP7TIv50oNm_JSeWmtAL5499KlF5BNAktLOJCQN7eL_Ke7auCovsisIZpso0iNbaAkN8KEJcDtNiKr5JdkYqKVDId8SIqMJ3AcwzXzzRD9QrMu9kA1msC8_0k7BMp_Bmq4hpdwJPX/s320/20240610_140127.jpg)
¡Perdón, perdón, no es
esa la frase! ha sido un lapsus, lo
que se repite en tu cerebro es: “Todo lo que sube, tiene que bajar”
y, efectivamente, a los 4.6 km se perfila una caidita salvaje hacia el pueblo que ríanse de la de Roma, quemando las
suelas de las zapatillas por alcanzar (cuesta abajo) unos ritmos que ya querría
tener de media estadística y cuyo disparatado desenfreno por la inclinada
pendiente y las zancadas de elefante estampándose sobre el sinuoso camino son
de tal calibre que provocan se me muevan los empastes, teniendo que visitar para
recolocarlos, la Clínica dental de Alejandro
Copete-Cuenca, un gran profesional con un joven y competente equipo incluyendo su hermano Javier.
La subida de nuevo a la
entrada al pueblo, no deja indiferente a nadie ni a sus gemelos, cuádriceps, isquiotibiales… es una prueba más comparable a
las del protagonista Ulises en el
poema épico La Odisea de Homero
pero no acaba ahí el recorrido, aún queda el tramo de carretera descendente de
acceso que invitaba a dejarse caer como
alma que lleva el diablo hasta el giro a la derecha, ya por tierra y casi
llano, de poco más de un kilómetro paralelo al río Montemayor, con una abundante vegetación, humedad y olor a
naturaleza viva.
Ese tramo enlaza con la
subida bastante pronunciada de casi medio
kilómetro que se hace tan largo como los 8 kilómetros anteriores, callejeando por
el pueblo y pasando por la Iglesia que nos sitúa en el último giro hacia la
ansiada Meta y el no menos deseado, clásico y generoso ágape Lazareño.
El
tiempo meteorológico fue bastante benévolo comparado con
otras tórridas o fangosas ediciones: la Temperatura, Humedad, Presión,
Nubosidad y algo de Viento en valores aptos para la vida del atleta y su
desarrollo correteante sin demasiados quebrantos; de haber empezado la carrera
más tarde, probablemente habríamos sentido sobre nuestra suave epidermis, los
lacerantes rigores ultravioletas y candentes infrarrojos de nuestra cercana
estrella.
Hay muchos motivos para mantener en nuestra memoria
a Casas
de Lázaro: el trazado en sí
de la carrera, sus amables vecinas/os,
su cortés alcaldesa Mª Eugenia y el estupendo ágape de despedida con los…
¡¡Oh, alabado sea el Señor por haber creado el Cerdo y a la Organización por ponerlos en platos!! ...Torreznos exquisitos (entre otras
viandas) y bebidas frías hasta decir basta.
La
bolsa obsequio con las clásicas y espectaculares Pastas de té y un riquísimo Pan de pueblo blandito que cayó al medio día frente a un Pollo Asado al Horno de casa con hierbas
provenzales, a la reducción de vino blanco manchego y un generoso chorreón de brandy muy español,
concluyendo la sobremesa con dichas Pastas, Café y copitas de Quitapenas malagueño.
GRACIAS
a todos los implicados por convertir en una fiesta muy
familiar, el final de una carrera de especial
dificultad técnica.
CLASIFICACIONES
(Cabestros dosquinceños titulares en negrita; en azul la joven
cantera)
Manuel Verdú 0:40:40
Dioni Verdú 0:44:47
Pelayo Moreno Bello 0:45:08
Ramón Bello 0:49:24
Petrus Piqueras 0:53:05
Jesús Gcía Cantó 0:53:14
Sebas M. Gómez 0:55:29
Jesús
Oseguera 0:52:59 L@s de antes de la Ambulancia
Nuria
Alfaro 0:53:06 L@s de antes de la
Ambulancia
SEBAS dosquince
“Torreznos, Cuestas y
viceversa”
Fotos: Petrus, Amador Moreno y propias.