Cualquier atleta que se
precie, hace de ese compañerismo un
acto reflejo en cualquier circunstancia conozca
o no a quién necesite ayuda, ¡Cuántas veces nos han echado una mano en una carrera cuando nos hemos lastimado, lesionado o
sencillamente se nos ha ido la mano con la ingesta previa de albóndigas o espirituosos!; del
mismo modo ¡Cuántas veces nos hemos
acercado y preguntado! ¿Te encuentras
bien?, ¡Venga, te acompaño, vamos a Meta junt@s!
Lo mejor de todo es que a lo largo de las carreras, se va formando una especie de gremio, de familia que, a veces, sólo con saber que se es corredor, coincides en tu trabajo o en el trabajo de los demás con esa persona y se vuelcan/te vuelcas en facilitar lo que le haga falta sobrepasando la mera profesionalidad. Ahí es cuando realmente te das cuenta que salir a correr no es sólo sudar y tener agujetas, se van creando unos sinceros lazos de amistad que van más allá de concurrir en carreras o entrenamientos.
Como no podía ser de otro modo, Sara Palomares aportó también su granito de arena regalándonos una clase magistral acelerada de activación de las carnes magras antes del entrenamiento de 4Km por el perímetro de La Pulgosa. Es muy de agradecer por su entusiasmo, simpatía y profesionalidad, de hecho, al llegar a casa busqué el nombre de las zonas del cuerpo condolidas que no sabía cómo se llamaban ni si eran músculo, hueso o víscera ;) ;) ;).
Todo se celebró en un
ambiente de fiesta y pena contenida a partes iguales como él habría hecho por
cualquiera de nosotr@s.
Un BESO enorme a la FAMILIA y a ti José Manuel un ABRAZACO, estés donde estés.
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