Defendiendo con cierta habilidad
y soltura, dirige la megafonía atlética, el afable y atento Francisco -Fran- de Madrigueras, realizando las labores de speaker que este año, en el circuito de carreras populares de la
diputación de Albacete, han sido titulares al alimón, los cuatro profetas
del micro: Sara Palomares, Miguel Yeste,
Domingo Cuartero y José Manuel –Peña-
Como erudito conocedor
de su trabajo y labor documental, a Fran
no ha sido necesario indicarle el hecho de la entrega del libro “Crónicas
Atléticas” al ayuntamiento de
Minaya a través de su alcalde Juan José Grande González, porque ya lo tenía referenciado e
incluido en su guión de carrera.
Juan
José Grande, mostro un gran interés por el libro y
en el concepto en sí, de ir subiendo a un blog comentarios vitales (y a veces
rozando la extenuación) de alguna de las muchas carreras populares competidas, siempre
en un tono más distendido, menos encorsetado
en los formatos habituales de crónica deportiva y con pinceladas existenciales incrustadas
que al corredor entrado en años, peso y voracidad, nos preocupan tales como:
1.-
¿Qué es y para qué sirve un corredor
popular? El trasnochado mito de correr
es de cobardes.
2.- Cuerpo escombro
y Atleta: el milagro de concluir 10K, 21K incluso una Maratón.
3.- Gastronomía intensiva y Atletismo ¿Cuerdo Maridaje o
Locura transitoria?
4.-
Nomenclatura exhaustiva muscular y ósea (Ahora nos duelen músculos cuya existencia,
nombre y ubicación desconocíamos)
5.-
Amistad, compañerismo, tribu atlética: Ni Psiquiatras, ni Pastillas ni Leches light.
Año 2011. Torpedo Minaya concluye la carrera.
En el libro “Crónicas Atléticas” pág. 277 aparece descrita la
I edición de la carrera de Minaya
de 2011, que mostrándosela al alcalde Juan José Grande, le pregunto si conocía a alguien en una de las fotos
que la acompañan e inmediatamente exclama: “¡José Luis Rueda!” más conocido familiarmente como “Torpedo Minaya” no sólo es amigo
personal sino concejal delegado de
Economía y Hacienda de su corporación municipal. Ha estado varios años
compitiendo con nuestra camiseta hasta que su cuerpo le ha dicho que practique
otros deportes con menos impacto; fue y sigue siendo un dosquinceño de raza.
SEBAS
dosquince.
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