BLOG SEBAS DOSQUINCE

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miércoles, julio 16

XIII Carrera Popular FÉREZ

Ganador absoluto en todas las categorías del Club dosquince en Férez


Una carrera popular de atletismo provoca, en los autóctonos espectadores de la localidad donde se celebre, opiniones, sensaciones y expresiones --proferidas a veces con vehemencia pero las más, con sincero cariño y admiración hacia el sufrido corredor popular-- que van desde:

 

* Un emocionado “¡Ahí va esa magraaa!” percatándose de nuestras orondas redondeces.

 

* Pasando por “¡Ánimo valientes!” como si de un trono de Semana Santa se tratase, portando nuestra propia penitencia.

 

* Demoledoras como “¡Venga, que os queda poco, ya lo tenéis!”. Cierto, una verdad absoluta, nos queda poco para que nos dé un perlequeque sosteniendo el hígado en una mano.

 

* O como aquella ya mítica “No deberían dejar correr a algunos” en las que unas señoras sentadas a las puertas de su casa, en una carrera de montaña Top 3, hace muchos años y poco antes de llegar a Meta, espetaban con mucha razón al vernos pasar a varios atletas en línea, entre los que estaban algunos veteranísimos monstruos atléticos y otros más jóvenes pero cabizbajos, cariacontecidos, arrastrando los pies donde el Ecce Homo era un adonis metrosexual comparado con nuestra apariencia y talante.

 

Anécdotas aparte, lo que sí es unánime y mayoritario son todos los ánimos, vítores, ayuda directa con cualquier tipo de bebida o complemento que nos ofrecen los habitantes locales en cualquier carrera del circuito albaceteño que participamos, acogiéndonos siempre como propios, nunca como extraños y participando de lleno en la organización y desarrollo del evento, incluyendo ¡cómo no! el generoso ágape festivo que nos obsequian. En esta ocasión los fereños/as nos prepararon una fiestuki con unas paelleras de proporciones olímpicas y bebidas frescas como mandan los cánones del buen anfitrión.

Trazado de la carrera

 

El entorno paisajístico natural es digno de mención y disfrute, un pueblo coqueto y generoso con sus visitantes y volcado de lleno en un acontecimiento poco habitual: desparrame de camisetas técnicas, pantalones cortos y mallas ajustadas que contienen carne mortal con sus molestias, dolores, noche anterior de farra con fermentados de uva/cebada y comida específica de corredor cumpliendo a rajatabla con un programa alimenticio proteínico y energético donde abunda el chusmarro, forro, panceta, salsas para mojar pan y rebañar el plato, para terminar con varios digestivos en forma de Gin-Tonic con Botánicos orientales (sin Botánicos, todo lo anterior se concentra y aumenta las lorzas personales)

Perfil de Férez


Hay carreras muy concretas, especialmente las de espeluznante dificultad técnica y, siempre a más de 100Km de la capital, en las que aparece una nueva clasificación del atleta atendiendo a los siguientes parámetros:

 

* Moral. Más que el Alcoyano: Perdiendo 15-0 en el minuto 89, pedían prórroga.

* Capacidad pulmonar. Para exclamar viendo el perfil: “¡Dios mío, llévame pronto!”.

* Coeficiente descerebre. Las adicciones deportivas es lo que tiene.

* Templanza. Controlar la Ira y no destrozar el despertador previo al viaje al pueblo.

* Voluntad. En momentos puntuales, sobrehumana.

* Sacrificio. Más que el Santo Job, especialmente subiendo cuestuscos.

* Fe. Independientemente de la religiosa, fe a la capacidad muscular y ósea.

* Satisfacción. Terminar la carrera, llegar a casa y hacer silloning tras la ducha.

 

Valorando dichos parámetros en los sufridos corredores populares, obtenemos:

 

1.-  Atletas de élite. Sí, han leído bien, élite porque definida según la RAE, es “minoría selecta o rectora”.

Cómo no vamos a ser élite si atendiendo a la población española, se estima en un 11% las personas que practican running de forma habitual y si nos centramos en las carreras del circuito de la diputación de Albacete, este porcentaje de corredores inscritos –respecto de la población albaceteña-- es incluso bastante menor.

 

2.- Semidiosas --del grupo de las amazonas o mujeres guerreras— y Semidioses descendientes de Hermes --dios mensajero de los dioses considerado patrón de los atletas y los gimnasios--

Son aquellos corredores/as populares que además, compiten en pleno verano, en carreras exigentes en dificultad y temperatura, a más de una hora en coche de la capital y el disparo de salida es en domingo bien temprano, con el consiguiente madrugón previo añadiendo el Saturday Night Fever personal en forma de fiesta, celebración, cena larga familiar, cumpleaños o cualquier tipo de evento lúdico-gastronómico inexcusable (con family points) que suele coincidir la noche anterior a una de estas duras carreras por ser jornadas estivales con vacaciones y ganas de estar fuera de casa por las noches…

 

Buena mesa de cuatro patas junto a Paco, Chaque y Emilio


No podíamos tener mejor mañana para empezar a las 9:30am en Férez “la Joya Serrana” situada en el cauce sur del río Segura, con una temperatura inicial agradable que fue subiendo en el transcurso de la carrera, a niveles soportables comparando con otras ediciones.

 

Momentos antes del inicio, me sitúo al fondo junto a varios compañeros como Antero Soria del Pozo Cañada, Juan Carlos Núñez de CAYT Valdeganga o de Antonio Chaque” del Madrigueras (entre otros/as habituales) puesto que mis expectativas, tras la noche de juerga familiar, no era de subir al Podio ni por categoría ni por Club más numeroso; la consigna era sobrevivir y llegar a la misma Plaza de la Mora cruzando su homónimo puente.

 

Suena el disparo y troto unos cientos de metros con Antonio Chaque” --saliendo a la carretera a Elche de la Sierra hasta el desvío a la izquierda por el camino hacia la Abejuela que empieza la primera pequeña subida— en la que me comenta que todo el sábado y bien entrada la madrugada del domingo, estuvo en ayuno tántrico y de ejercicios espirituales en el Monasterio Santa Farra de los Tragones Descalzos, en plena Sierra del Segura entre Elche de la Sierra, Férez y Molinicos. Aun así dijo que no se sentía demasiado “católico” para correr en Férez pero su Fe mueve montañas y, en este caso, tuvo que subir más de una encomendándose a varios Santos porque con uno sólo, igual le iba a costar mucho llegar a Meta.

Abnegadas Corredoras Carmen Utiel del Madrigueras y Emilia Pérez del Ibañés

 

En ese tramo de subida voy encontrando a más viejas glorias (porque las nuevas, estaban ya bañándose en la piscina por el ansia viva por subir corriendo las cuestas como si fuese a faltar Arroz) por allí trotaba Juan Carlos Núñez batiéndose en duelo contra la cuesta y consigo mismo; tampoco tuvo mala noche y llegó a Meta en menos de una hora.

 

Un poco más adelante, en ese recorrido de pequeños toboganes de algo más de un kilómetro paralelo al arroyo de Abejuela, alcanzo a Mamen López y Antonio Motilla, alternando a partir de ese punto, tramos cuesta arriba distanciándose y volviendo a alcanzarlos cuesta abajo por una mera cuestión de masa bruta: la mía es cuantitativamente más elevada.

Juan Andújar, buena gente donde las haya.

 

En el desvío hacia la izquierda (en el primer avituallamiento) se encuentra la subida más larga de kilómetro y medio; por estos lares coincido con Paco Bonifacio del Bicha Runners de Balazote, pergeñado con un aerodinámico flequillo de geometría variable en función de la velocidad de descenso quién, por lenguaje de signos, me expresa su pequeña falta de fondo y que ya me “insultará” con cariño en el ágape por adelantarlo sin piedad pues en ese momento concentraba toda su potencia vital en seguir subiendo sin irse hacia atrás.

 

Hay momentos en esta subida que al mirar hacia arriba del monte --en tramos donde las piernas no me hacen caso para correr o trotar-- parece una secuencia de la serie “The Walking Dead” y veo muchos compañeros/as subiendo como sus personajes zombies: brazos caídos, andar tambaleante, vísceras que se desprenden, mirada perdida… pero al llegar a la cima parece que entra óxido nitroso en el motor, comenzando a mover de nuevo las articulaciones, abriendo el paso cuesta abajo primero y, a continuación, un reparador kilómetro de llaneo paralelo a la carretera de Letur que, al alzar la vista de vez en cuando para ubicarme, podía contemplar plenamente el bucólico perfil serrano del entorno de Férez y, de reojo, el Calar del Cerezo.


Parte del ágape


Tras algún moderado tobogán, comienza una espectacular caída libre hacia el arroyo de la Mora que hacía temblar los empastes y tensar la junta de las trócolas donde consigo alcanzar nuevamente --por pura masa bruta desplomada-- a Mamen y Antonio, con los que subo un corto pero tremendo desnivel en V hacia el Molino. Allí se encuentra otro proverbial avituallamiento con unos agradables y simpáticos voluntarios que nos animan a seguir con mucho humor hacia la derecha, en el mismo punto donde bajaban del monte compañeros más raudos que nos llevaban unos 2 km de adelanto, puesto que nosotros debíamos dar toda esa vuelta al monte, girando ya en carretera asfaltada con suave desnivel de kilómetro y medio hasta la Ctra. de Letur girando a la izquierda y subiendo durante unos 300m un desnivel más pronunciado que al llegar a la cima cae de nuevo hacia El Molino donde ahora giramos hacia la derecha (en el avituallamiento anterior) volviendo al asfalto en dirección, ahora sí, hacia Férez


Todavía no estaba hecho el arroz...


- Es en esta presurosa bajada donde pongo toda la panceta en la Barbacoa

-- Ejem, perdón, Sr. Narrador, ¿No se dice normalmente poner toda la carne en el Asador?

- Cierto, estimado Lector, pero me apetecía en ese momento una rebanada de pan de pueblo con un buen trozo de panceta pasada por barbacoa y puesto que para gustos los colores…

-- ¡Ah, bien!, prosiga, prosiga Vd…

En el giro hacia la Plaza de la Mora, con ambos pies en el aire...

Como iba diciendo, me dejé caer toda esa bajada a un ritmo que ya habría querido tener para las subidas, alcanzando a algunos compañeros/as de otros Clubs que me animaban a seguir así mientras las piernas continuasen unidas al tronco, llegando a las primeras casas del pueblo y, finalmente, efectuando un dramático giro a la izquierda en bajada disparatada para cruzar a escasos 100m el Puente de la Mora y terminar en el arco de Meta con las dos piernas completas (aunque en la foto de Chiplevante sólo aparezca una ;) ;) ;) )

Entrando en Meta

 

A José Luis Santoyo seguramente lo fui alcanzando en la última gran bajada hacia El Molino porque subiendo la primera gran cuesta, lo veía desde abajo cuando él estaba en toda la cima; sólo me he percatado de la diferencia en crono de 3 segundos al ver la clasificación, a tiro de oreja lo tenía.


Bolsa obsequio con Chorizo, Pan y Aceite ¿Qué más se puede pedir?



CLASIFICACIÓN ( Calculado a 7.7 km de recorrido)

Sebas M. Gómez       0:50:15   6.32 min/km    

    -Año 2024-             0:57:09   7.25    “”

 

 

Club DonQuijote

José Luis Santoyo      0:50:13   6.31 min/km

Mamen López            0:50:43   6.35    “”

Antonio Motilla          0:50:43   6.35    “”

 

Club 27 Agosto de Madrigueras

Antonio “Chaque    0:52:46   6.51 min/km

 

Club Bicha Runners de Balazote

Fco. Bonifacio            0:55:03   7.09 min/km

 

 

FOTOSTere Argumánez, Chiplevante, propias.

 

SEBAS dosquince

“Y por eso volvemos”

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