BLOG SEBAS DOSQUINCE

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miércoles, febrero 19

XV carrera popular de BALAZOTE


Comando Balazote


La carrera comienza cuesta abajo con casi 800 almas cándidas (760 en Meta) anhelando que fuere así todo el trazado o, como mucho, hubieren escaleras mecánicas o pasarela móvil tipo aeropuerto en las zonas con cierto desnivel…


Perfil Balazote

Hasta el kilómetro tres discurría raudo, feliz y contento, llevando un ritmo irreal, ilusorio, adelantando a experimentados corredores populares cuyas miradas expresaban cierta condescendencia hacia el iluso pseudo-atleta y también un arqueo de ceja derecha --los diestros-- y ceja izquierda --los siniestros ¡perdón! los zurdos--  cuyo pensamiento era del estilo a: “En cuanto giremos a la izquierda encarándonos hacia los Majuelos, a éste se le va a caer la braga y los mondonguillos”. Haber hecho Villarrobledo a un ritmo --para mí estratosférico— no me daba patente de corso atlética indefinida ni harto de uva fermentada en barrica de roble francés…


Felicidad previa a la Salida


Y vino el baño de realidad al cruzar la carretera tras el avituallamiento, donde Dioni Verdú (y otras centenas de atletas) me fueron levantando las pegatinas e incluso alguien exclamó al adelantarme: “¡Hola Sebas! no sabía que hoy practicabas senderismo en Balazote… ¿Y tus palos de trekking…?”


Durante esa primera subida, pude ir más o menos a la par de una agradable y simpática joven compañera con la que tuve una cordial charla típica en cuestas que suelen empezar con: “Menudo cuestusco se nos viene encima”, pasando por un: “Esto en nómina no viene reflejado” y también: “Si nos obligara la empresa a correr así, los sindicatos tendrían en carne viva las manos de frotárselas por las demandas a ganar” para concluir con: “Y a pesar de todo el sacrificio y esfuerzo gratuito, seguimos participando en las carreras” y también el rotundo: “Somos unos privilegiados al decidir tener este santo hobby y, sobre todo, poder hacerlo, sin importar demasiado el ritmo”.

Por cierto, no puedo precisar el nombre ni club de dicha joven, ya que en la subida iba cabizbajo mirándome las zapatillas y, llegado a todo lo alto en esa primera cuesta, me abandoné a la física newtoniana con la masa bruta desbocada de tal modo que volví a alcanzar a unos pocos atletas, entre ellos al veterano Balbino del C. A. Tarazona, yendo unos cientos de metros codo con codo, al inicio de la cuesta progresiva que llegaba a los pies del Cerro de San Cristóbal, compartiendo algún chascarrillo habitual, esfuerzo y resoplidos.


Modelos dentales de anuncio de dentífrico para corredores populares


En esa cuesta me vuelven a dar soletillas en el cogote vari@s atletas que subían trotando como podían, cuando yo iba a unos pasos andando, otros semi-trotando y, los más, reptando. Por aquí me alcanza el insigne Antonio Carrillo del DonQuijote invitándome amablemente a seguirle; entre balbuceos y exhalaciones entrecortadas le expreso mi intención de no perder más vísceras en la subida cambiando a piñón grande y que ya si eso lo alcanzo cuesta abajo. Aun así, en tiempo real consigo 3 segundos menos puesto que casi todos los dosquinceños salimos al final, teniendo casi 1 minuto de diferencia respecto al crono real.

 

Ya me había pasado A. Carrillo cuando coincido con una atleta que, a pesar de todo lo que llevábamos encima, desprendía un agradable perfume, extremo que le comento añadiendo que con el cantazo a oso pardo hibernado que dábamos todos los demás (especialmente los mozos) me resultaba sorprendente a la par de sutil y delicado.


Blas, Dioni y al fondo derecha, más dosquinceños


Una vez alcanzada la cima del cerro de San Cristóbal, el oso pardo despierta de su letargo y comienza a dejarse caer como un misil dirigido, bordeando a tal velocidad la Ermita de Balazote que parecía tener cuatro piernas como en los comics. Al dar la vuelta a la manzana de casas que ya nos situaba en la penúltima recta, coincido con un chavalote de curioso gran bigote (como en Meta llegamos 3 con idéntico crono, no sé si es Mario García del Altafit Gym o José J. Sánchez) con el que, manteniendo un buen ritmo, vamos acelerando levemente hasta llegar a Meta con el suficiente ánimo como para ir al ágape con la alegría de haber hecho un decente crono.


A pesar del pequeño lío inicial por exceso de atletas y un espacio limitado para poner las bebidas y los exquisitos platos de huevos/guarrilla, se fue solventando poco a poco por la enorme voluntad y entrega de las voluntarias/os, convirtiéndose finalmente en el habitual, entrañable y multitudinario encuentro de corredores/amigos disfrutando de todo y de tod@s.


Bolsa Obsequio

CLASIFICACIONES

De todos los cronos expuestos –donde cada uno hizo lo que pudo y le dejaron sus piernas y pulmones-- debo destacar la absolutamente elogiable y aplaudida: Nuria Alfaro con 1:00:45, sorprendiendo a propios y extraños porque despegó como un “cobete” y no vimos ni el humo de la estela, sacándome --la esjraciá— 3 minutos como 3 panes de pueblo ¡Ole tú, Nuria!

 

 

Pack de dosquinceñ@s al vapor (así estaban las uñas podales de más de uno)

Salva Soriano         0:56:38     5.12 min/km

Dioni Verdú           1:00:09     5.31     “”

Nuria Alfaro           1:00:45     5.34     “”

 

Sebas M. Gómez   1:04:15     5.54    “”

         -2024-            1:17:51     7.09    “”

 

Jesús Oseguera       1:07:54     6.14     “”

Petrus Piqueras       1:08:32     6.17     “”

Ramón Bello          1:08:30     6.17      “”

Blas Soriano           1:10:24     6.28     “”

 

 

C. A. DonQuijote ilustres

Antonio Carrillo     1:04:18      5.54  min/km

Ángel Plaza            1:05:44      6.02      “”

 

C. A. Tarazona

Balbino Muñoz      1:05:21       6.00      “”

 



SEBAS dosquince

“Bicha forever and ever”

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